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viernes, 15 de enero de 2016
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Uno de los problemas con el que nos encontramos a la hora de hacer una mezcla o masterización con cierta constancia entre sesiones, es el tema del monitoreo y en específico el nivel al cual deberíamos usar nuestros monitores para lograr que nuestras mezclas se trasladen entre sistemas.
No es lo mismo monitorear con un nivel de presión sonora elevado que con uno despacio ya que nuestros oídos no responden de la misma forma ante distintos niveles de presión sonora.
En este artículo vamos a ver una forma para calibrar nuestros monitores y seguir un estandar en cuanto al nivel de escucha y la medición de los niveles en nuestro secuenciador. Este estandar nos sirve tanto en mezcla como en masterización y fue propuesto por Bob Katz en el paper “An integrated Approach to Metering, Monitoring, and leveling practices” del año 1993.
Un poco de contexto: Los medidores Peak y Promedio
Dentro de la producción musical tenemos dos tipos de medidores de nivel a los que acudimos, los medidores: Peak y Rms o promedio. Ambos tienen una finalidad totalmente distinta, los medidores peak sirven para proteger el medio de grabación de la distorsión. En el caso del sistema digital sirven para no llevar la señal hacia el 0 digital o 0 dB FS, que es el punto de la distorsión por recorte o clipping del sistema.
En cambio los medidores RMS o promedio sirven para tener una referencia de nivel que se correlaciona con como el oído percibe la sonoridad o loudness de los sonidos. El oído integra o suma la señal en un intervalo de tiempo dado y obtiene de este promedio el nivel que finalmente se percibe. Por este motivo los medidores RMS son imprescindibles en audio, ya que se concentran en el mensaje y no en el medio, a diferencia de los medidores peak.
El medidor RMS el más usado en audio es el vúmetro que se invento en los años 30 y que tiene una respuesta pensada para la voz, ya que se usó en primera instancia para transmisiones de radio. Tiene un tiempo de integración de la señal de 300 milisegundos y solo los medidores que cumplen con el estandar se pueden llamar vúmetros y no son para nada baratos.
Veamos algunos de los problemas o imprecisiones que tienen los vúmetros en la práctica:
- Balística: Fue diseñado con un tiempo de 300 milisegundos de integración que hace que se vea bien en pistas de voz ya que este tiempo le da una integración silabica. Esta constante de tiempo simple no toma en cuenta la forma en la que el oído percibe la sonoridad de sonidos complejos.
- Escala: En un vúmetro el 50 % superior de la escala o espacio de medición útil, tan solo mide 6 decibeles. Por este motivo el rango útil del medidor es de 13 dB tan solo, lo que hace que sonidos de baja intensidad apenas muevan la aguja. Este hecho provoca que muchos usuarios intenten que la aguja se mantenga por el 0, haciendo para ello de mucha compresión.
- Respuesta en frecuencia: El medidor tiene una respuesta en frecuencia bastante plana, que no se traduce al funcionamiento del oído. Esto provoca que cuando la señal tiene una cantidad importante de bajas frecuencias, la aguja se mueva mucho aunque el cambio percibido por nuestro oído sea mucho menor.
- Falta de conformidad al estandar: Hay un gran número de Vúmetros que no están bien fabricados, por lo tanto no funcionan como deberían y sin embargo son usados en aplicaciones profesionales.
Los últimos años se han venido realizando investigaciones sobre el tema de los niveles de normalización de audio para transmisión, ya que ha sido difícil conseguir una estandarización por parte de las personas que trabajan sobre materiales sonoros para radio, televisión, cine y material audiovisual para internet debido principalmente a una medida única de niveles de consumo.
La ITU ha realizado investigaciones sobre el tema y en el año del 2006 público una serie de parámetros que cuantifican de forma objetiva como nuestros oídos perciben el sonido los cuales establecen ya como primer paso una unidad única denominada Sonoridad
La ITU ha realizado investigaciones sobre el tema y en el año del 2006 público una serie de parámetros que cuantifican de forma objetiva como nuestros oídos perciben el sonido los cuales establecen ya como primer paso una unidad única denominada Sonoridad